terça-feira, 16 de outubro de 2007

DEVENIR

El devenir es un término relativo a la economía del deseo. Los flujos de deseo proceden mediante afectos y devenires, independentemente del hecho de que puedan estar o no asentados en personas, en imágenes, en identificaciones. De ese modo, un individuo, antropológicamente atiquetado como masculino, puede estar atravesado por devenires múltiples y, aparentemente, contradictorios: devenir feminino que coexiste con un devenir nin~no, un devenir animal, un devenir invisible etc. Un devenir no es una correspondencia de relaciones. Pero tampoco es una semejanza, una imitación y en última instancia, una identificación. La critica de toda la serie estructuralista parece inevitable. Devenir no es progressar ni regresar según una serie. Y sobre todo, no se produce en la imaginación, incluso cuando ésta alcanza el nivel cósmico o dinámico. Los devenires animales no son sue~nos ni fantasmas. Son perfectamente reales. Pero, de qué realidad se trata? Pues si devenir animal no consiste hacer el animal o en imitarlo, también es evidente que el hombre no deviene realmente animal, como tampoco el animal deviene realmente otra cosa. Es una farsa alternativa la que nos hace decir: o bien se imita, o bien se es. Lo que es real es el proprio devenir, y no los términos supostamente fijos en los que se transformaría el que deviene. El devenir puede y debe calificar-se como devenir-animal, sin que tenga un término que sería animal devenido. El devenir-animal del hombre es real, sin que sea real el animal que él deviene; y, simultáneamente, el devenir-otro del animal es real sin que ese otro sea real. Ese es el punto que habrá que explicar: cómo un devenir no tien otro sujeto que sí mismo. Pero tambén cómo no tiene término, puesto que su término solo existe a su vez incluido en otro devenir del que és el sujeto, y que coexiste, forma un bloque con el primero. Es el principio de una realidad propria característica del devenir (la idea bergsoniana de una coexistencia de duraciones muy diferentes, superiores o inferiores a la nuestra, y todas comunicantes).
Por último, un devenir no es una evolución, o al menos no es una evolución por descendencia y filiación, cualquier filiación sería imaginária. El devenir siempre es de otro orden que el de la filiación. El devenir es del orden de la alianza. Devenir es un rizoma, no es un árbol clasificatorio ni genealógico. Devenir es un verbo que tiene toda su consistencia; no se puede reducir, y no nos lleva a parecer, ni ser, ni equivaler, ni producir.

In: Guattari et Negri. Por Nuevos Espacios de Liberdad

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